Seguridad

Por: Luis Guillermo Pilonieta Linares

Mientras me desayuno oigo la voz tranquilizadora del supuesto presidente cuando por televisión insulta a quienes llama escuálidos y no me siento aludido porque soy más bien gordo, a los burgueses con los cuales tampoco me identifico, - no soy apátrida porque soy Venezolano, tampoco soy agente de la CIA ni pitiyanqui. Comienzo entonces a sentirme inseguro porque no sé quién soy, al salir prendo la radio y me entero por boca del presidente, que tenemos setenta mil hombres en armas, pero que en su último viaje compro ciento cincuenta mil pistolas block y de repente pasa frente a mí un grupo de seis motorizados que en el cinturón o en los bolsillos carga cada uno una pistola de las cuales estoy seguro no tienen permiso de importación, pero noto que les quedan muy bien las chaquetas de un colectivo.

Continuo mi trayecto escuchando el reclamo de la falta de policías para combatir la inseguridad, pero al llegar al Centro San Ignacio me toca ser testigo presencial del ruego de una madre que pide ayuda a un policía bien armado, cuando un malandro despoja a su hija del reloj y el policía toca su revólver y tranquilamente le dice “Yo soy policía vial”

Me pica la curiosidad por saber que es un policía vial, y al salir a la Avenida Francisco de Miranda veo que en una esquina hay un semáforo cuyo costo, instalación y mantenimiento debe tener un significativo gasto pero no cumple ninguna función porque ha sido substituido por otro de los llamados “inteligentes” a cuyo pie puedo observar a tres policías que ejercitan su autoridad de “policías viales” contrariando al semáforo y más allá dos fiscales de transito conversan animadamente sin nada que ver con el caos que se está desarrollando porque el pobre conductor no sabe si obedecer al semáforo, atender al policial o cumplir con la ley.

Es un derroche por mal uso del recurso económico cuando el pueblo está siendo agredido por distintos flancos por la común respuesta que recibe un ciudadano cuando solicita un alimento, una medicina, un repuesto, un pollo, un papel tualet o un desodorante. No hay….No hay…No hay…. Tampoco hay… en claro ejemplo de inseguridad de abastecimiento que se suma a la del hijo que anuncia a sus padres que va a participar en un movimiento estudiantil pero no sabe si regresara sano y salvo, y su padre le comunica que está leyendo las declaraciones de quien maneja la administración de la justicia como Ministra del Despacho que participa haber dejado en libertad a 4.658 reclusos mediante el Plan Cayapa, debido a que por el retardo judicial no han recibido sentencia, lo cual equivale a una denegación de justicia pero no hay que preocuparse porque van a cumplir en libertad un plan de régimen militar para la seguridad y defensa de la patria garantizando la consolidación de la Revolución Bolivariana, manteniéndola en el poder, mediante el dialogo, la persuasión y el respeto a los derechos de los pobladores.

LUEGO SEÑORES NO DEBEMOS PREOCUPARNOS PORQUE AHORA TENDREMOS A LOS ZAMUROS CUIDANDO LA CARNE.