Por: Luis Guillermo Pilonieta L.
El Ser Supremo creó al hombre como único integrante del Reino Animal dotado de inteligencia y libre albedrío para ser dueño de sus propias determinaciones, dando origen a las ideologías que he respetado profundamente y entre ellas la doctrina Marxista que no comparto y he adversado permanentemente en los más variados escenarios, estudiantiles, universitarios, Académicos y en el Congreso Nacional, manteniendo la defensa de mis principios Social Cristianos en un clima de convivencia social con buenas amistades.
Los comunistas han querido siempre mantener en sus gobiernos normas exclusivistas y dogmáticas, esgrimiendo la amenaza del conflicto armado para el mantenimiento de la paz y cuando fracasan llaman al diálogo, pretendiendo que los demás tienen miedo o desconocimiento y ahora estamos viviendo el momento más comprometido de nuestra historia republicana, porque no existen las condiciones para una reconciliación que conduzca a la convivencia, no hemos visto el arrepentimiento y mucho menos el propósito de enmienda.
Hemos sido testigos presenciales de los crímenes de Lesa Humanidad cometidos públicamente y a la luz del día cuando se liberan delincuentes en las cárceles de el Dorado y Vista Hermosa y se disfrazan con uniformes militares, se dotan de armamento, se trasladan en unidades públicas para diezmar aborígenes desarmados, quemar los transportes de alimento y medicinas de ayuda humanitaria escoltados por funcionarios del gobierno en el mismo momento en que se desconectan los medios de comunicación, configurando delitos que ameritan sanciones por su propia naturaleza, no política sino delincuencial.
A quienes tenemos experiencia, esto no nos sorprende porque es su forma de actuar, pero yo que tengo 85 años y estoy cerca de la puerta de salida no había presenciado nunca un crimen tan horrendo cometido por quienes debían defendernos cuando en una infeliz determinación han querido despojar al pueblo de la fe y la confianza, con la pérdida de la credibilidad en las instituciones conduciéndonos al escepticismo, cuando en un escenario mundial en lugar de pedir sanciones por delitos de Lesa Humanidad, se nos quiere colocar al mismo nivel llamando al diálogo y la concordia.
Diálogo que no es posible para quienes hemos transitado una vida de principios, de honestidad y de servicio, descender al nivel de criminales, traficantes y oportunistas enriquecidos con el patrimonio nacional y prefiero morir de un tiro al lado de los jóvenes, que de una puñalada en el corazón propiciada por quienes debían revivir la predica de nuestro Libertador cuando afirmó “MORAL Y LUCES SON NUESTRAS NECESIDADES”.
VIVA VENEZUELA LIBRE
AQUÍ SE HABLA LA VERDAD SOBRE CHÁVEZ
AQUÍ SE HABLA LA VERDAD SOBRE CHÁVEZ
