Homenaje en sus 3 años de muerte
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Publicado por Noema Pilonieta L. en Mayo 7 del 2010
Nuestro cielo se llena de nubarrones acumulando las lágrimas que serán derramadas por una libertad que se ha perdido, y por una flagelación que se produce en el cuerpo de nuestra amada Patria VENEZUELA.
Será terrible el final de una pesadilla que no nos deja dormir y que nos oculta el brillo de un sol que antes brillaba con la alegría de los niños que cantaban hermosas canciones inocentes y alegres en sus colegios y en sus hogares, hoy, han cambiado sus letras por la incitación al odio, por el amor a la guerra y la venganza. La alegría infantil, se ha convertido en deseos de matar, con los juguetes de muerte que han puesto en sus inocentes manos.
Los jóvenes caen como los mosquitos que reciben un baño de mortífero repelente que los extermina, con el solo fin de acabar con los valientes que se atreven a protestar por lo que los hiere y mortifica, llenando nuestras calles de sangre y los hogares del pueblo de luto y dolor. Apagan las voces juveniles, porque saben que esas voces sencillas y valientes, serán capaces de borrar la palabra revolución de nuestro mapa.
Cuantos padres hoy ya no están para alimentar y educar a los hijos que vieron nacer con tanto orgullo y con tanto amor, cuantos padres están entre rejas para silenciar sus valientes corazones que se atrevieron a dejar escapar su honor y su valor en palabras que hicieron temblar al cobarde demonio que se siente nuestro dueño, y a los cobardes que lo acompañan.
Cuantas madres lloran hoy el dolor que les desgarra el alma al ver el fruto de su amor convertido en víctima inocente de la ambición y la demencia del tirano.
Campos que fueron hermosamente productivos, esfuerzos y sacrificios de hombres y mujeres honorables que trabajaron duro, muy duro para levantar una familia de bien, hoy pasando hambre al ser vilmente asaltados, robados y escarnecidos para enriquecer los bolsillos de las hienas que viven como holgazanes que se alimentan de todo lo ajeno.
Y tantas cosas que dejaron de ser buenas, para volverse atrocidades infernales que destrozan al venezolano, tierras desoladas en donde hubo verdor de esperanzas y sueños sembrados para que florecieran con amor. Cuantas ilusiones de futuro, rotas por la traición y la avaricia. Hoy, cuando siento que serán pocos los años que me quedan por vivir, y muchas las desilusiones por sufrir, siento que aunque el final que se avecina sea con sangre y con dolor, valió la pena el esfuerzo que hicimos para entregarle a nuestros hijos una patria libre, sana, limpia y amada, si, valió la pena porque nos permitió luchar, por ellos luchar por darles el ejemplo que nos dejaron nuestros padres y sembrarles en sus conciencias y corazones, el amor a Dios, el temor a El y el respeto que se merece por ser nuestro Padre celestial, siento que valió la pena, nuestra lucha, nuestros sacrificios para enseñarles que el pan que se come, debe ser ganado con nuestro trabajo y con nuestra dignidad. Si valió la pena vivir y mostrar hasta el final, como el hombre creado a la imagen y semejanza de Dios, debe ser la imagen que por obligación ante Dios, tenemos que ser, hasta el momento de nuestra muerte.
Será terrible el final de una pesadilla que no nos deja dormir y que nos oculta el brillo de un sol que antes brillaba con la alegría de los niños que cantaban hermosas canciones inocentes y alegres en sus colegios y en sus hogares, hoy, han cambiado sus letras por la incitación al odio, por el amor a la guerra y la venganza. La alegría infantil, se ha convertido en deseos de matar, con los juguetes de muerte que han puesto en sus inocentes manos.
Los jóvenes caen como los mosquitos que reciben un baño de mortífero repelente que los extermina, con el solo fin de acabar con los valientes que se atreven a protestar por lo que los hiere y mortifica, llenando nuestras calles de sangre y los hogares del pueblo de luto y dolor. Apagan las voces juveniles, porque saben que esas voces sencillas y valientes, serán capaces de borrar la palabra revolución de nuestro mapa.
Cuantos padres hoy ya no están para alimentar y educar a los hijos que vieron nacer con tanto orgullo y con tanto amor, cuantos padres están entre rejas para silenciar sus valientes corazones que se atrevieron a dejar escapar su honor y su valor en palabras que hicieron temblar al cobarde demonio que se siente nuestro dueño, y a los cobardes que lo acompañan.
Cuantas madres lloran hoy el dolor que les desgarra el alma al ver el fruto de su amor convertido en víctima inocente de la ambición y la demencia del tirano.
Campos que fueron hermosamente productivos, esfuerzos y sacrificios de hombres y mujeres honorables que trabajaron duro, muy duro para levantar una familia de bien, hoy pasando hambre al ser vilmente asaltados, robados y escarnecidos para enriquecer los bolsillos de las hienas que viven como holgazanes que se alimentan de todo lo ajeno.
Y tantas cosas que dejaron de ser buenas, para volverse atrocidades infernales que destrozan al venezolano, tierras desoladas en donde hubo verdor de esperanzas y sueños sembrados para que florecieran con amor. Cuantas ilusiones de futuro, rotas por la traición y la avaricia. Hoy, cuando siento que serán pocos los años que me quedan por vivir, y muchas las desilusiones por sufrir, siento que aunque el final que se avecina sea con sangre y con dolor, valió la pena el esfuerzo que hicimos para entregarle a nuestros hijos una patria libre, sana, limpia y amada, si, valió la pena porque nos permitió luchar, por ellos luchar por darles el ejemplo que nos dejaron nuestros padres y sembrarles en sus conciencias y corazones, el amor a Dios, el temor a El y el respeto que se merece por ser nuestro Padre celestial, siento que valió la pena, nuestra lucha, nuestros sacrificios para enseñarles que el pan que se come, debe ser ganado con nuestro trabajo y con nuestra dignidad. Si valió la pena vivir y mostrar hasta el final, como el hombre creado a la imagen y semejanza de Dios, debe ser la imagen que por obligación ante Dios, tenemos que ser, hasta el momento de nuestra muerte.
VENEZUELA, NO LLORARÁS MAS,
TU CIELO SE LLENARÁ DE LUZ
Y TU GEOGRAFÍA DE LIBERTAD,
Y TUS HIJOS DE ESPERANZAS.
VIVA VENEZUELA,
VIVA DIOS NUESTRO SEÑOR
Y VIVA LA VIRGEN MARÍA MADRE DE DIOS.
Noema Pilonieta L (05-12-1932, 12-09-2012)
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